Botox para la reducción del "platisma" o músculo masetero
En algunas personas, el masetero (el músculo que se encuentra en la zona lateral de la mandíbula) o el platisma (un músculo superficial que cubre el cuello y la parte inferior de la mandíbula) pueden contribuir a una apariencia más ancha o poco definida en el contorno mandibular.
La aplicación de toxina botulínica (Botox) en estos músculos ayuda a reducir su tamaño y acción, lo que puede dar lugar a una mandíbula más delgada y definida.
Botox en el masetero: Se utiliza para reducir la hipertrofia de este músculo, que en ocasiones está sobreactivado debido a hábitos como el bruxismo o simplemente por genética. Al relajarlo, se mejora la forma del rostro, haciendo que la mandíbula se vea más esculpida y angulosa.
Botox en el platisma: Cuando se inyecta en el músculo platisma, el Botox ayuda a reducir la flacidez en el cuello y la parte inferior de la mandíbula, contribuyendo a una línea mandibular más firme.
Ventajas:
Resultados visibles en pocos días.
Minimiza la apariencia de flacidez y mejora la definición mandibular.
Procedimiento no invasivo y sin tiempo de recuperación significativo.
Desventajas:
Los efectos son temporales y requieren retoques cada 4-6 meses.
No es una opción para quienes buscan un cambio drástico de forma, ya que los resultados son sutiles.
Hilos tensores o lifting con hilos (hilos PDO)
Los hilos tensores son una técnica no quirúrgica que consiste en insertar pequeños hilos biodegradables en la piel para tensar y reafirmar los tejidos. Estos hilos estimulan la producción de colágeno, lo que proporciona un efecto lifting en la zona tratada.
Hilos PDO (polidioxanona): Son los más utilizados para la redefinición del contorno mandibular. Al insertarlos en la piel, se logra un efecto de tensión que mejora la firmeza de la zona y, al mismo tiempo, estimula la regeneración de colágeno, ayudando a definir la línea de la mandíbula y reducir la flacidez en el cuello.
Ventajas:
Efecto lifting inmediato.
Mejora progresiva de la piel gracias a la estimulación de colágeno.
Resultados duraderos (hasta 1-2 años).
Desventajas:
Puede ser ligeramente doloroso en el momento de la inserción.
Puede haber algo de inflamación o hematomas durante los primeros días.
Liposucción o lipoláser (para eliminar grasa localizada)
En aquellos casos donde hay acumulación de grasa debajo de la mandíbula o en el área submentoniana (debajo del mentón), un procedimiento más invasivo como la liposucción o el lipoláser puede ser una opción. Estos procedimientos ayudan a eliminar el exceso de grasa y esculpir el contorno mandibular, mejorando la definición de la línea del mentón.
Liposucción: Mediante pequeñas incisiones, se extrae la grasa localizada en la zona de la mandíbula.
Lipoláser: Utiliza láser para licuar la grasa y eliminarla de manera más precisa.
Ventajas:
Resultados permanentes, siempre que se mantenga un peso estable.
Mejora drástica de la forma del contorno mandibular.
Desventajas:
Es un procedimiento quirúrgico con un tiempo de recuperación mayor (varios días o semanas).
Requiere anestesia y puede conllevar riesgos asociados a cualquier cirugía.
Rinoplastia no quirúrgica para equilibrar la armonía facial
Aunque no se trata directamente del contorno mandibular, la rinoplastia no quirúrgica también puede influir en cómo se percibe la línea mandibular. En algunos casos, mejorar la proporción de la nariz con rellenos dérmicos puede dar la ilusión de una mandíbula más definida y armoniosa, ya que las características faciales deben estar en equilibrio.
¿Cuándo considerar mejorar el contorno de mandíbula?
Pérdida de definición: Con la edad, la piel pierde elasticidad, y los músculos de la mandíbula se aflojan, lo que provoca la pérdida de la línea mandibular.
Grasa localizada: La acumulación de grasa debajo del mentón puede afectar la definición de la mandíbula.
Flacidez en el cuello: La flacidez del área submentoniana también puede dar una apariencia de falta de contorno.
Conclusión
El contorno de mandíbula es una característica clave de la estética facial que puede verse alterada por diversos factores como la edad, la pérdida de volumen o el exceso de grasa. Existen múltiples tratamientos no invasivos para mejorar esta área, desde rellenos dérmicos hasta Botox o hilos tensores, que ofrecen soluciones efectivas y con poco tiempo de recuperación. Para casos más severos, los procedimientos quirúrgicos como la liposucción pueden ser una opción. Siempre es importante consultar con un profesional calificado para determinar cuál es el tratamiento adecuado según las necesidades y características faciales de cada persona.