Como ya sabemos, el tabaco es el principal causante de muchas muertes a lo largo del año así como de enfermedades que afectan a todos los órganos del cuerpo.

Pero a parte de eso ¿cómo puede afectar a nuestra piel?

Las sustancias oxidantes entre las que destacan los radicales tóxicos del oxígeno del tabaco y que se encuentran sobre todo, en el humo de éste, afectan directamente a nuestras células de la piel, tanto interna como externamente.

Cuando fumamos, inhalamos humo del tabaco y los efectos de la nicotina causan la constricción de los vasos sanguíneos, de tal manera que la sangre no fluye adecuadamente, no llega suficiente oxigeno a los órganos, en este caso la piel, y ésta se vuelve más suceptible a los capilares y venas rotas, lo que provoca decoloración, hiperpigmentación y cicatrización.

El consumo de cigarrilos puede causar también envejecimiento de la piel prematuro, más arrugas, problemas de cicatrización y pigmentación, oscurecamiento de los labios e incluso cáncer de piel.

No solo te daña por dentro si no por fuera también!

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